Matthias Bernard, Director General de Sofitel Barcelona Skipper: La Excelencia en la Hospitalidad de Lujo a Través de los Ojos de un Líder Inspirador

La historia de Matthias Bernard es una de pasión, donde la excelencia operativa y el compromiso humano se han fusionado a lo largo de los años. Con una carrera que le ha llevado a gestionar algunos de los hoteles de lujo más prestigiosos del mundo, Matthias encarna el éxito de un profesional hotelero que comenzó como Director de Ventas y ahora, como Director General de Sofitel Barcelona Skipper, lidera un establecimiento de renombre. 

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Su carrera diversa e internacional le ha proporcionado una perspectiva global y enriquecedora sobre la hospitalidad, donde el equilibrio entre un servicio de alta calidad y el bienestar de los empleados es esencial. Siempre impulsado por fuertes valores humanos, Matthias destaca la importancia de la experiencia del huésped y la innovación en la gestión de hoteles de lujo. 
Descubra en esta conversación los elementos clave que han moldeado su trayectoria, su enfoque del lujo, la gestión de equipos y sus expectativas para el futuro de la industria hotelera. 

¡Hola! Si tuviera que resumir su carrera en la hospitalidad de lujo, ¿cómo se lo explicaría a alguien que no esté familiarizado con nuestro mundo experiencial? 

Mi trayectoria no ha sido nada convencional. Con un background en Ventas y Marketing, no estaba seguro de lo que realmente quería hacer con mi vida hasta mis 25 años. Eso cambió cuando me uní a la industria hotelera como becario en el departamento de Ventas y Marketing en el Fiesta Americana Grand Coral Beach, Cancún, para mi título en Marketing. Fue allí donde me contagié del "virus de la hotelería" y me enamoré de esta increíble industria. 
Tuve la suerte de comenzar mi carrera en este fantástico hotel en Cancún, gestionando el mercado estadounidense con un enfoque en Leading Hotels of the World y agencias Virtuoso. Esto me llevó a Dubái en 2004, donde me uní al One&Only Royal Mirage en una época de gran auge para la ciudad. Ver el ascenso de Palm Island y la Marina fue extraordinario, y trabajar bajo la dirección del GM Olivier Louis fue invaluable: sus consejos moldearon mi carrera. Después de más de cinco años, me animó a salir de los resorts y obtener experiencia en hoteles urbanos, lo que me llevó a Indonesia como Director de Ventas en The Ritz-Carlton Mega Kuningan y Pacific Place en Yakarta. 
Después de trabajar en Centroamérica, Medio Oriente y el Sudeste Asiático, pasé a Europa como DOSM en el Kempinski Hotel Bahía Estepona–Marbella, asumiendo un rol más operativo como EAM. Luego, Kempinski me confió la posición de Director de Hotel en su buque insignia europeo, el Grand Hotel Kempinski Ginebra, donde tuve el privilegio de aprender de Thierry Lavalley, un mentor que me enseñó no sólo sobre liderazgo, sino también sobre la alegría de la profesión. 
Estas experiencias finalmente me llevaron a mi rol actual, donde tuve el honor de supervisar el cierre, desbranding, renovación, rebranding y reapertura del Sofitel Barcelona Skipper, ahora un buque insignia europeo y el primer Sofitel en España. Cada paso de mi carrera ha sido un privilegio, formándome en el Director General que soy hoy. 

A lo largo de sus años al frente de establecimientos de lujo en todo el mundo, ¿cuáles son los valores humanos clave que han ayudado a que sus equipos brillen? 

Todos sabemos que la hospitalidad de lujo ya no es sólo sobre un servicio impecable, sino sobre las personas. A lo largo de los años, he aprendido que la clave para ayudar a los equipos a brillar radica en tres valores fundamentales: propósito, confianza y crecimiento continuo. 
Cuando un equipo entiende el significado más profundo de lo que hace, no sólo realiza tareas, sino que crea experiencias. Ese sentido de propósito transforma el servicio en algo realmente especial. La confianza es igualmente esencial: cuando las personas se sienten valoradas, apoyadas y empoderadas, se atreven a tomar la iniciativa, desafiar el statu quo e innovar. Y, por último, el crecimiento. Los mejores equipos que he liderado estaban formados por individuos que nunca se conformaban, que veían cada desafío como una oportunidad para mejorar y que se inspiraban mutuamente para ser mejores cada día. 
Al final del día, lo que hace que un establecimiento de lujo sea verdaderamente excepcional no es sólo el entorno, sino la pasión, dedicación y las conexiones humanas que lo cobran vida. 

¿Ha evolucionado su concepto de lujo a lo largo de los años? Si es así, ¿cómo y por qué? 

El lujo sin duda ha evolucionado, y mi percepción de él también. En el pasado, el lujo a menudo se asociaba con la opulencia, la grandeza y una cierta extravagancia "bling-bling". Pero hoy en día, el verdadero lujo ya no se trata de exceso, sino de autenticidad, significado y una conexión profunda con el lugar y la experiencia. 
Los huéspedes buscan cada vez más un lujo tranquilo, donde la refinación se sienta en lugar de ser ostentada. Se trata de una elegancia discreta, un servicio personalizado y de crear momentos que se sientan genuinos en lugar de montados. El verdadero lujo se encuentra en los pequeños detalles: una experiencia local perfectamente curada, la calidez de una bienvenida sincera o una experiencia Cousu Main (hecha a mano, a medida) como la llamamos en Sofitel, o la capacidad de desconectar del ruido y reconectarse con uno mismo. 
La sostenibilidad también se ha convertido en una parte esencial del lujo moderno. Más que nunca, tenemos la responsabilidad de ofrecer experiencias excepcionales mientras respetamos el medio ambiente y las comunidades locales. El futuro del lujo será más verde, más consciente y profundamente enraizado en la autenticidad, donde el placer no vendrá a costa de la sostenibilidad y donde se celebrará el sentido del lugar en lugar de opacarlo. 
Para mí, la experiencia más lujosa es aquella que se siente sin esfuerzo, sincera y en armonía con su entorno. Ahí es donde se dirige la industria, y eso es lo que realmente me inspira. 

Pasar de Director de Ventas a Director General es una transición fascinante. ¿Qué cree que le permitió tener éxito en este cambio y prosperar en cada etapa? 

Aunque no es la ruta más convencional, mi transición de Director de Ventas a Director General se alinea perfectamente con mi filosofía: desafiar las normas, pensar de manera diferente y nunca decir no a una buena aventura 😉. Históricamente, el camino hacia el GM se ha pavimentado a través de Rooms Division o F&B, ambos proporcionando una experiencia operativa invaluable. Sin embargo, a medida que evoluciona el panorama de la hotelería de lujo, una perspectiva orientada comercialmente se ha convertido en un diferenciador poderoso. 
Hoy en día, la excelencia en el servicio y la capacidad financiera por sí solas ya no son suficientes. El verdadero liderazgo requiere la capacidad de articular una visión convincente, posicionar una marca estratégicamente y cultivar conexiones significativas tanto con los huéspedes como con los accionistas. Mi formación en Ventas y Marketing ha sido fundamental en este sentido, ofreciendo una comprensión profunda de la dinámica del mercado, las expectativas de los huéspedes y el arte de la diferenciación en un mundo cada vez más competitivo. 
Lo que más me inspira de esta industria es que la pasión, la adaptabilidad y la visión a menudo importan más que una trayectoria predefinida. Mi trayectoria refleja esta filosofía, y estoy firmemente convencido de que la curiosidad, la disposición para desafiar el statu quo y la capacidad de rodearse de equipos excepcionales son las verdaderas piedras angulares del éxito. 
Esa es la belleza de esta industria: los antecedentes importan cada vez menos. La hospitalidad es uno de los pocos campos en los que, si eres apasionado por lo que haces, realmente puedes crecer y escalar. 

Como Director General de Sofitel Barcelona Skipper, ¿qué valores y visión le guían a diario en la gestión del hotel y su personal? 

Como Director General, mi enfoque está en crear experiencias memorables, tratando de ir más allá de un buen servicio. La hospitalidad no se trata de marcar casillas, sino de sorprender a los huéspedes y crear conexiones reales. Nuestro objetivo es superar las expectativas, convirtiendo momentos cotidianos en algo especial. 
En el corazón de todo está un propósito claro: existimos para enriquecer vidas. Cuando sabemos por qué hacemos lo que hacemos, da forma a cada interacción, haciendo que sea más significativa, ya sea con los huéspedes o con el equipo. Para mí, el liderazgo se trata de inspirar a otros a tomar la iniciativa, liderar con el ejemplo y dar lo mejor de sí mismos cada día. 
La consistencia es clave, ya sea en la calidad de nuestro servicio o en la forma en que nos tratamos mutuamente. No se trata de perfección, sino de entregar excelencia una y otra vez, creando confianza y fiabilidad. 
Y, por supuesto, ¡debemos divertirnos haciéndolo! Cuando el equipo disfruta de su trabajo, esa energía se transmite naturalmente a nuestros huéspedes. La diversión fomenta la creatividad, la conexión y una atmósfera positiva, elementos que son tan importantes como ofrecer excelencia. 
En última instancia, es el propósito, el empoderamiento, la diversión y la consistencia lo que nos impulsa en Sofitel Barcelona Skipper, haciendo que cada día sea una oportunidad para crear algo extraordinario juntos. 

Mirando la industria hotelera hoy en día, ¿qué cambios espera ver en los próximos años?

Mirando la industria hotelera hoy en día, me siento bastante optimista sobre la dirección en la que nos dirigimos. La sostenibilidad finalmente se está tratando como el tema serio que es. Los hoteles están encontrando formas creativas de ser ecológicos sin hacer que los huéspedes se sientan como si estuvieran acampando en la naturaleza (😊). Se trata de ser inteligente e innovador mientras seguimos ofreciendo el servicio excepcional que la gente espera. 
También estamos viendo un cambio hacia un servicio más personalizado, lo que creo que es clave. La tecnología es genial, pero no hay sustituto para una conexión genuina con el huésped. Si podemos usar la tecnología para hacer esa conexión aún mejor, entonces realmente estamos logrando algo. 
Y, seamos sinceros, un equipo feliz hace huéspedes felices. La industria hotelera finalmente se está dando cuenta de que cuidar a nuestros equipos no es solo una buena idea, es un cambio de juego. Los empleados felices son iguales a huéspedes felices, y esa es una fórmula que siempre funciona. 
En Sofitel, estamos emocionados de ser parte de esta evolución. No solo estamos surfeando la ola; estamos ayudando a darle forma, especialmente en las áreas de sostenibilidad, innovación y el bienestar del equipo. Es un momento emocionante para estar en la industria, y aún mejor cuando eres parte de una marca que está liderando el camino. 

Para terminar en una nota personal, si fuera... 

- Un destino: Sin lugar a dudas, elegiría Cassis, mi ciudad natal. Es indudablemente uno de los lugares más hermosos del mundo, aunque puede que esté un poco sesgado. 😊 
- Un accesorio: Diría un reloj. Para mí, un reloj es la pieza de joyería por excelencia para los hombres, aunque sé que los tiempos están cambiando. No se trata necesariamente de relojes caros, sino de encontrar uno que resuene contigo, que te sientas cómodo usando. Para mí, un reloj bien elegido agrega ese toque final de elegancia. 
- Un plato: Aunque podría mencionar algunos platos sofisticados o extravagantes, la verdad es que tengo una adicción seria a las crêpes dulces. Cuando empiezo, simplemente no puedo parar, ¡son irresistibles! 
- Una pieza de música: Soy una persona a la que le gusta una amplia variedad de música, desde rap hasta house y pop. Sin embargo, si miro mi teléfono y veo la pista más escuchada, sin duda es "Still D.R.E." de Dr. Dre del álbum 2001. Es verdaderamente una obra maestra. 
 

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